Luis LÓPEZ GALÁN
Bratislava es un pequeño cuento de hadas hecho ciudad, un placer de callejuelas pintorescas en las que perderse y un paseo con un encanto muy especial. ¿Pensando en hacer una parada en la capital de Eslovaquia? ¡Aquí una ayuda para que te decidas!
BRATISLAVA, UNA DESCONOCIDA AL LADO DEL DANUBIO
A pesar de ser formalmente la capital de Eslovaquia, Bratislava es una ciudad que suele pasar desapercibida en la mayoría de los itinerarios turísticos que recorren el centro de Europa debido, con gran seguridad, a la impresionante fama de ciudades cercanas como Viena o Budapest. Sin embargo, las calles del centro histórico de la ciudad presentan un carácter y una estética que refleja exactamente lo que uno va pensando antes de viajar por los parajes europeos y, además, cuenta con una historia que la hace única.
Se sabe que el territorio que hoy ocupa Bratislava ya estuvo habitado por distintas civilizaciones desde el 5000 a.C. y, mucho después, en el siglo XVI, llegó incluso a ser la capital del entonces llamado Reino de Hungría, gobernada por la Casa de los Habsburgo, lo que la convirtió en una ciudad de coronación, aristócrata, sobre todo de la mano de María Teresa de Austria, ya en el siglo XVIII. A estos años debemos la aparición de los palacios y las casas señoriales que hoy embellecen el centro de la capital. Un siglo después, la ciudad se vio vinculada a los acontecimientos que fueron desarrollándose en Europa; por ejemplo, el antiguo castillo de Devin fue demolido por las tropas de Napoléon, se construyeron líneas de locomotoras de vapor que la unían a otras ciudades como Viena y también se levantó el primer puente permanente sobre el Danubio, ese río que ha sido testigo de todo su devenir histórico.
Con la formación de Checoslovaquia, Bratislava se incorporó al nuevo Estado y no se convertiría en capital de la nueva República de Eslovaquia hasta 1993.
A pesar de ser formalmente la capital de Eslovaquia, Bratislava es una ciudad que suele pasar desapercibida en la mayoría de los itinerarios turísticos que recorren el centro de Europa debido, con gran seguridad, a la impresionante fama de ciudades cercanas como Viena o Budapest. Sin embargo, las calles del centro histórico de la ciudad presentan un carácter y una estética que refleja exactamente lo que uno va pensando antes de viajar por los parajes europeos y, además, cuenta con una historia que la hace única.
Se sabe que el territorio que hoy ocupa Bratislava ya estuvo habitado por distintas civilizaciones desde el 5000 a.C. y, mucho después, en el siglo XVI, llegó incluso a ser la capital del entonces llamado Reino de Hungría, gobernada por la Casa de los Habsburgo, lo que la convirtió en una ciudad de coronación, aristócrata, sobre todo de la mano de María Teresa de Austria, ya en el siglo XVIII. A estos años debemos la aparición de los palacios y las casas señoriales que hoy embellecen el centro de la capital. Un siglo después, la ciudad se vio vinculada a los acontecimientos que fueron desarrollándose en Europa; por ejemplo, el antiguo castillo de Devin fue demolido por las tropas de Napoléon, se construyeron líneas de locomotoras de vapor que la unían a otras ciudades como Viena y también se levantó el primer puente permanente sobre el Danubio, ese río que ha sido testigo de todo su devenir histórico.
Con la formación de Checoslovaquia, Bratislava se incorporó al nuevo Estado y no se convertiría en capital de la nueva República de Eslovaquia hasta 1993.
BRATISLAVA EN UN PASEO
Debido a su tamaño, con poco más de 500.000 habitantes, la capital de Eslovaquia puede ser fácilmente visitada en un día, casi en un paseo diurno. Su cercanía con ciudades tan grandes e importantes como Viena o Budapest hacen que, de hecho, visitarla de esta manera sea posible.
¿Y qué visitar en un paseo? No te preocupes, la ciudad es bastante sencilla y un hermoso lugar para caminar.
El centro histórico de Bratislava se ha hecho famoso por las estatuas dispuestas por algunas de sus calles, siendo seguramente la más famosa de todas la denominada Man at work, que representa a un hombre saliendo de una alcantarilla. Pero también esta zona ofrece algunos importantes atractivos para el viajero como el Antiguo Ayuntamiento, del siglo XV, la bella Puerta de San Miguel, la Catedral de San Martín, el Teatro Nacional y la animada plaza en la que se levanta o la famosa Iglesia Azul. Esta última es una de las imágenes más representativas de la capital y también uno de sus puntos más visitados junto al Castillo de Bratislava, que corona la ciudad desde una colina en la ribera del Danubio.
Debido a su tamaño, con poco más de 500.000 habitantes, la capital de Eslovaquia puede ser fácilmente visitada en un día, casi en un paseo diurno. Su cercanía con ciudades tan grandes e importantes como Viena o Budapest hacen que, de hecho, visitarla de esta manera sea posible.
¿Y qué visitar en un paseo? No te preocupes, la ciudad es bastante sencilla y un hermoso lugar para caminar.
El centro histórico de Bratislava se ha hecho famoso por las estatuas dispuestas por algunas de sus calles, siendo seguramente la más famosa de todas la denominada Man at work, que representa a un hombre saliendo de una alcantarilla. Pero también esta zona ofrece algunos importantes atractivos para el viajero como el Antiguo Ayuntamiento, del siglo XV, la bella Puerta de San Miguel, la Catedral de San Martín, el Teatro Nacional y la animada plaza en la que se levanta o la famosa Iglesia Azul. Esta última es una de las imágenes más representativas de la capital y también uno de sus puntos más visitados junto al Castillo de Bratislava, que corona la ciudad desde una colina en la ribera del Danubio.
CÓMO LLEGAR
Las opciones para llegar a Bratislava son múltiples: en avión gracias a los aeropuertos de la propia ciudad y también el de Viena, en barco a través del Danubio desde Viena, en tren o autobús de nuevo desde la capital austríaca o desde Budapest...
Bratislava suele incluirse dentro de alguna ruta por varios países de Europa, por lo que su turno en el viaje dependerá del recorrido elegido. Si estás visitando Viena, la opción de pasar el día en Bratislava es más que conveniente; si por el contrario tu destino es Budapest, quizá sea una buena opción pasar la noche en la capital de Eslovaquia y disfrutar también de su ambiente nocturno.
Las opciones para llegar a Bratislava son múltiples: en avión gracias a los aeropuertos de la propia ciudad y también el de Viena, en barco a través del Danubio desde Viena, en tren o autobús de nuevo desde la capital austríaca o desde Budapest...
Bratislava suele incluirse dentro de alguna ruta por varios países de Europa, por lo que su turno en el viaje dependerá del recorrido elegido. Si estás visitando Viena, la opción de pasar el día en Bratislava es más que conveniente; si por el contrario tu destino es Budapest, quizá sea una buena opción pasar la noche en la capital de Eslovaquia y disfrutar también de su ambiente nocturno.