Luis LÓPEZ GALÁN
Si bien es cierto que Edimburgo, con su aura de nostalgia, no necesita añadidos turísticos para atraer visitantes o seguir siendo una de las ciudades más visitadas (y con más encanto) del Reino Unido, contar con una ruta basada en una de las sagas literarias más importantes de todos los tiempos es, sin duda, motivo de orgullo. J.K. Rowling comenzó a crear el universo de Harry Potter entre las casas de tejados puntiagudos de esta ciudad y en ella quedaron para siempre rincones imprescindibles para los seguidores de las aventuras del mago más famoso del mundo.
Edimburgo tiene algo mágico por sí misma, un encanto particular que nace en sus numerosos callejones y estatuas envejecidas y culmina en la imponente silueta del castillo que la corona. Seguramente fueron estos elementos los que inspiraron a J.K. Rowling, la autora de la saga Harry Potter, para comenzar a escribir el primero de los libros. ¿Dónde? En un lugar que todavía puedes visitar junto al resto de rincones que conforman esta peculiar y mágica ruta:
CEMENTERIO DE GREYFRIARS
¿Empezar la ruta en un cementerio? Como lo lees. Por su localización, alrededor de las iglesias repartidas por las ciudades, los cementerios más antiguos en Inglaterra forman parte de su propia vida diaria y se convierten en parques donde pasear o incluso hacer un picnic. El Cementerio de Gryfriars, sin embargo, es punto de referencia también de leyendas e historias tenebrosas y cuenta con su propia ruta de terror. También es hogar de una de las historias más entrañables de Edimburgo, la del perro Bobby, que pasó el resto de su vida en la tumba de su dueño una vez enterrado. Para un seguidor del mago, volviendo al tema, resulta imposible caminar por el cementerio sin imaginar la batalla con El-Que-No-Debe-Ser-Nombrado en Harry Potter y el Cáliz de Fuego... un sentimiento que cobra todavía más sentido cuando al final del cementerio, al atravesar una muralla y girando a la derecha uno se encuentra de bruces con la tumba de Thomas Riddle, el nombre real de Lord Voldemort.
CEMENTERIO DE GREYFRIARS
¿Empezar la ruta en un cementerio? Como lo lees. Por su localización, alrededor de las iglesias repartidas por las ciudades, los cementerios más antiguos en Inglaterra forman parte de su propia vida diaria y se convierten en parques donde pasear o incluso hacer un picnic. El Cementerio de Gryfriars, sin embargo, es punto de referencia también de leyendas e historias tenebrosas y cuenta con su propia ruta de terror. También es hogar de una de las historias más entrañables de Edimburgo, la del perro Bobby, que pasó el resto de su vida en la tumba de su dueño una vez enterrado. Para un seguidor del mago, volviendo al tema, resulta imposible caminar por el cementerio sin imaginar la batalla con El-Que-No-Debe-Ser-Nombrado en Harry Potter y el Cáliz de Fuego... un sentimiento que cobra todavía más sentido cuando al final del cementerio, al atravesar una muralla y girando a la derecha uno se encuentra de bruces con la tumba de Thomas Riddle, el nombre real de Lord Voldemort.
En Greyfriars encontrarás también la tumba de William McGonagall, tristemente conocido como el peor poeta de Inglaterra y cuyo apellido Rowling tomó prestado para la brillante profesora Minerva McGonagall, toda una paradoja.
HOGWARTS
Cerca de la sepultura de Thomas Riddle, justo donde el Cementerio de Greyfriars termina, su último muro colinda directamente con la Escuela de George Heriot o George Heriot´s School. Este imponente edificio de torres que se asemejan a las de un castillo medieval fue fundado por el mismo George Heriot para niños huérfanos (aunque hoy es una escuela privada). En ella, los alumnos se dividen en cuatro casas, cada una de ellas con sus propios colores representativos, que durante el curso acumulan puntos según su rendimiento académico. ¿Te suena?
LOS CAFÉS
Volviendo a la entrada del cementerio y caminando tan solo unos metros la calle George IV Bridge, una esquina llamará tu atención por la (segura) afluencia de gente tomando fotografías y por un letrero que indica que este fue el lugar de nacimiento de Harry Potter. Se trata de 'The Elephant House', un coqueto café famoso por sus brownies y por la que fuera hace ya un par de décadas su más distinguida visitante: J.K. Rowling, que escribía y describía el universo Potter cerca del ventanal con vistas a los tejados de Edimburgo... y al Cementerio de Greyfriars.
No demasiado lejos, en South Bridge, otra placa en una nueva cafetería volverá a llamar tu atención. El lugar que hoy ocupa el café 'The Spoon' fue otro de los lugares donde la autora pasó horas lápiz en mano escribiendo las aventuras del mago (concretamente en la primera planta del edificio).
VICTORIA STREET... ¿O EL CALLEJÓN DIAGON?
La bulliciosa calle Victoria de Edimburgo es una de las más coloridas y vistosas de la ciudad, llena de pequeñas tiendas que se sitúan en la curva natural sobre la que se levanta toda la calle. Al mirarla desde abajo, parece como si estuvieras a punto de adentrarte en el Callejón Diagon en busca de tu varita mágica...
HOGWARTS
Cerca de la sepultura de Thomas Riddle, justo donde el Cementerio de Greyfriars termina, su último muro colinda directamente con la Escuela de George Heriot o George Heriot´s School. Este imponente edificio de torres que se asemejan a las de un castillo medieval fue fundado por el mismo George Heriot para niños huérfanos (aunque hoy es una escuela privada). En ella, los alumnos se dividen en cuatro casas, cada una de ellas con sus propios colores representativos, que durante el curso acumulan puntos según su rendimiento académico. ¿Te suena?
LOS CAFÉS
Volviendo a la entrada del cementerio y caminando tan solo unos metros la calle George IV Bridge, una esquina llamará tu atención por la (segura) afluencia de gente tomando fotografías y por un letrero que indica que este fue el lugar de nacimiento de Harry Potter. Se trata de 'The Elephant House', un coqueto café famoso por sus brownies y por la que fuera hace ya un par de décadas su más distinguida visitante: J.K. Rowling, que escribía y describía el universo Potter cerca del ventanal con vistas a los tejados de Edimburgo... y al Cementerio de Greyfriars.
No demasiado lejos, en South Bridge, otra placa en una nueva cafetería volverá a llamar tu atención. El lugar que hoy ocupa el café 'The Spoon' fue otro de los lugares donde la autora pasó horas lápiz en mano escribiendo las aventuras del mago (concretamente en la primera planta del edificio).
VICTORIA STREET... ¿O EL CALLEJÓN DIAGON?
La bulliciosa calle Victoria de Edimburgo es una de las más coloridas y vistosas de la ciudad, llena de pequeñas tiendas que se sitúan en la curva natural sobre la que se levanta toda la calle. Al mirarla desde abajo, parece como si estuvieras a punto de adentrarte en el Callejón Diagon en busca de tu varita mágica...
HOTEL BALMORAL, SUITE 552
Fruto del éxito de la saga, la misma Rowling que comenzara a escribir Harry Potter y la piedra filosofal en los cafés de Edimburgo... culminó el último libro en la suite 552 del hotel más lujoso de la ciudad, el Balmoral. Será difícil que nuestra ruta termine aquí, pero es interesante saber que la escritora escribió detrás de una de las estatuas de la habitación un mensaje que cerró para siempre el círculo emocional de Rowling, Harry Potter y Edimburgo: 'El 11 de enero de 2007, J.K. Rowling acabó de escribir Harry Potter y las reliquias de la muerte en esta habitación'.
Fruto del éxito de la saga, la misma Rowling que comenzara a escribir Harry Potter y la piedra filosofal en los cafés de Edimburgo... culminó el último libro en la suite 552 del hotel más lujoso de la ciudad, el Balmoral. Será difícil que nuestra ruta termine aquí, pero es interesante saber que la escritora escribió detrás de una de las estatuas de la habitación un mensaje que cerró para siempre el círculo emocional de Rowling, Harry Potter y Edimburgo: 'El 11 de enero de 2007, J.K. Rowling acabó de escribir Harry Potter y las reliquias de la muerte en esta habitación'.