Luis LÓPEZ GALÁN
Madrid es una ciudad tan vibrante que, en ciertas ocasiones, oculta en el trasiego de su día a día pequeños caprichos que algunos pocos afortunados consiguen descubrir. Uno de ellos se esconde al norte de la ciudad, en una zona poco transitada por turistas, lejos del ruido de las abarrotadas calles y avenidas del centro. Allí, protegido por los años, el Parque de El Capricho recibe a los visitantes que lo descubren por primera vez como si de un paraíso encontrado se tratase.
LA HISTORIA DE EL CAPRICHO
El Parque de El Capricho, declarado Jardín Artístico en 1941, se remonta en sus orígenes hasta el año 1787, cuando comenzó la construcción de una finca de recreo ordenada por la entonces duquesa de Osuna, María Josefa Pimentel, una de las damas más importantes de la época. Sin embargo, la duquesa falleció sin ver completamente terminado su jardín, que culminó en el año 1839 bajo el diseño del arquitecto Jean-Baptiste Mulot.
El deseo de la duquesa fue que un canal de agua recorriera el jardín conectándose por diversos estanques hasta llegar al salón de baile, donde celebraba sus fiestas, y así fue como se construyó. A pesar de que durante la invasión francesa de 1808, la señora Pimentel perdió la propiedad del terreno, pasada la contienda volvió a recuperarla, reformando la obra y ordenado plantar centenares de lilas, su flor favorita, por todo el lugar.
Tras la muerte de la duquesa, la propiedad del recinto pasó por diversas manos familiares hasta que quedó en desuso. Fue este hecho el que propició que durante la Guerra Civil española se construyeran en el jardín varios refugios antiaéreos subterráneos cuyas entradas aparecen, todavía hoy, como de la nada, en el transitar de los visitantes del parque.
El Parque de El Capricho, declarado Jardín Artístico en 1941, se remonta en sus orígenes hasta el año 1787, cuando comenzó la construcción de una finca de recreo ordenada por la entonces duquesa de Osuna, María Josefa Pimentel, una de las damas más importantes de la época. Sin embargo, la duquesa falleció sin ver completamente terminado su jardín, que culminó en el año 1839 bajo el diseño del arquitecto Jean-Baptiste Mulot.
El deseo de la duquesa fue que un canal de agua recorriera el jardín conectándose por diversos estanques hasta llegar al salón de baile, donde celebraba sus fiestas, y así fue como se construyó. A pesar de que durante la invasión francesa de 1808, la señora Pimentel perdió la propiedad del terreno, pasada la contienda volvió a recuperarla, reformando la obra y ordenado plantar centenares de lilas, su flor favorita, por todo el lugar.
Tras la muerte de la duquesa, la propiedad del recinto pasó por diversas manos familiares hasta que quedó en desuso. Fue este hecho el que propició que durante la Guerra Civil española se construyeran en el jardín varios refugios antiaéreos subterráneos cuyas entradas aparecen, todavía hoy, como de la nada, en el transitar de los visitantes del parque.
EL PARQUE EN LA ACTUALIDAD
Actualmente, el Parque de El Capricho es una visita inesperada en Madrid, un lugar con un encanto único, de otro tiempo. Pasear por sus caminos repletos de flores, estanques, columnas, esculturas y otras piezas artísticas en una tarde de primavera es una auténtica delicia para los sentidos.
Gracias a su amplio periodo de construcción y a haber pasado por distintos dueños a lo largo de los años, el parque cuenta con atracciones tan diversas como el Templo de Baco, dispuesto hermosamente sobre una colina verde; el Obelisco o Rueda de Saturno; el Palacio de la duquesa; las fuentes de los delfines y de las ranas; el abejero; distintos monumentos como el que honra al III Duque de Osuna; el estanque de los cisnes y del parterre; el laberinto de setos; el Casino de Baile, o pequeñas casas que parecen sacadas de cuentos de hadas como la Casa de la Vieja, de las Cañas, de Vacas o de Oficios. Además, los resquicios de la Guerra Civil siguen presentes en el parque en el refugio o búnker y sus respiraderos.
Desde el año 2005, desde que comienza la primavera hasta que termina el otoño, el parque sirve además de escenario para diversos espectáculos los fines de semana en las llamadas Tardes de Capricho, con conciertos, danza o teatro entre otras actividades.
Actualmente, el Parque de El Capricho es una visita inesperada en Madrid, un lugar con un encanto único, de otro tiempo. Pasear por sus caminos repletos de flores, estanques, columnas, esculturas y otras piezas artísticas en una tarde de primavera es una auténtica delicia para los sentidos.
Gracias a su amplio periodo de construcción y a haber pasado por distintos dueños a lo largo de los años, el parque cuenta con atracciones tan diversas como el Templo de Baco, dispuesto hermosamente sobre una colina verde; el Obelisco o Rueda de Saturno; el Palacio de la duquesa; las fuentes de los delfines y de las ranas; el abejero; distintos monumentos como el que honra al III Duque de Osuna; el estanque de los cisnes y del parterre; el laberinto de setos; el Casino de Baile, o pequeñas casas que parecen sacadas de cuentos de hadas como la Casa de la Vieja, de las Cañas, de Vacas o de Oficios. Además, los resquicios de la Guerra Civil siguen presentes en el parque en el refugio o búnker y sus respiraderos.
Desde el año 2005, desde que comienza la primavera hasta que termina el otoño, el parque sirve además de escenario para diversos espectáculos los fines de semana en las llamadas Tardes de Capricho, con conciertos, danza o teatro entre otras actividades.
INFORMACIÓN ÚTIL
Horario: abierto del 1 de octubre al 31 de marzo (únicamente sábados, domingos y festivos) de 09h00 a 18h30, y del 1 de abril al 30 de septiembre (únicamente sábados, domingos y festivos) de 09h00 a 21h00. El acceso está permitido hasta media hora antes del cierre del parque.
Cómo llegar: en autobús con las líneas 101, 105 y 151 de la EMT; en metro en la estación 'El Capricho' de la línea 5.
Precio: gratuito.
Horario: abierto del 1 de octubre al 31 de marzo (únicamente sábados, domingos y festivos) de 09h00 a 18h30, y del 1 de abril al 30 de septiembre (únicamente sábados, domingos y festivos) de 09h00 a 21h00. El acceso está permitido hasta media hora antes del cierre del parque.
Cómo llegar: en autobús con las líneas 101, 105 y 151 de la EMT; en metro en la estación 'El Capricho' de la línea 5.
Precio: gratuito.
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